sábado, 17 de enero de 2015

César Cantoni


Me levanto temprano

Me levanto temprano y leo el diario;
alguna vez, también leí a Homero, a Virgilio.
No trabajo, no hago gimnasia, tampoco tengo metafísica.
¿Para qué sirve esa cosa a la hora de cruzar la calle?
Todo Heidegger es nada frente a la arremetida del 307.

Poco me inquieta el yo poético (hace mucho
que las disquisiciones literarias dejaron de enredarme);
me preocupa, en cambio, mi propio yo,
que acaba de contraer angina,
y el yo de los que pernoctan bajo los puentes.

Soy escéptico a fuerza de entrenamiento: ¿A quién
debo dar fé?, me pregunto ¿A la historia, suprema ficción,
o a los historiadores, supremos mentirosos?

Descreo de los Libros Sagrados y sus predicciones;
para mí el fin del mundo tuvo lugar en el pasado.

Hablo poco, evito los amontonamientos.
No fumo, no me drogo, no ultrajo mi cuerpo con agujas.
Vengo de ningún sitio y voy hacia ninguna parte.
Todo lo que deseo en la vida
es una lata de cerveza cuando tengo sed.

Poética de la basura

Todas las noches junto la basura,
la saco a la calle en una bolsa
y regreso a la casa.

(Tal la rutina de un hombre
que compone el papel de antihéroe
en una película olvidable.)

Antes de entrar, saludo a mi vecino
-otro astro de Hollywood venido a menos-,
que también ha salido a sacar la basura.

Luego, hostigado por los perros del barrio,
pasa el camión recolector
y se lleva las sobras de otro día de mierda.

Filosofía y Letras

5. Los poetas no van al cielo

La poesía interpela a Dios y a los tiranos, 
contradice el mandato social,
se declara insumisa e impenitente:
los poetas no van al cielo. 

9. Antes y después

La filosofía empieza
y termina con Discépolo.
Antes y después,
todo es literatura.

El fin ya tuvo lugar

El fin ya tuvo lugar.
Lo que queda
son los detritos de la historia. 

de El fin ya tuvo lugar -  ediciones Hespérides 2012