lunes, 13 de julio de 2015

Pablo Queralt


Salí de la muerte de la mancha del cuerpo sumido en su silencio
me estoy curando queriendo saber la verdad el por que del dolor
tan doloroso de la fractura de su resuello ausculto ¿a quien le estoy dando de comer a lo verdadero o a la simulación?

Me alegro de no encajar en este club este mundo deshuesado
en su silueta que filtra su luz con sus espuelas ajustadas no me creo su telenovela su camarín su holograma
ese simulacro que navega mi mente en su cubil creando
mi cielo mi infierno mi estrategia desplazando planos
como única respuesta

Escribo un mosaico que compone un poema un libro ordenados según un ritmo una hilación dando un sentido o varios a la vez que se dispersan para que vuelvan a incandescer.


Esa vida breve de arena que suelta el cuerpo que va encontrando su destino del viaje que va deshuesando en las palabras como barco que se hunde en las olas en lo que pesa esa agua profunda ese hacia abajo en el ritmo de las cosas

jueves, 9 de julio de 2015

la imprecisa voz que me sueña - Inés Legarreta


A Inés Legarreta le suceden sueños. De cada uno extraería un párrafo  y lo trasladaría a este espacio, pero  eso sería injusto, precario y corrupto porque sólo estarían leyendo mi mirada sobre sus sueños. A eso lo llamaría expropiación, y nadie que se apropie de la mirada de otro merece el regalo de un libro.

Un apenas:

Cita a Pier Paolo Pasolini: la verdad no está en un sueño sino en muchos sueños.

Dice en el prefacio: Los sueños, en su desorden,  tienen un hilo conductor que los hace intrépidos y sordos, pantalla de atrás del telón, voz de lo deseado en boca de extranjeros.

     Y a puro golpe de poesía, va cincelando  sus sueños, velos que desgaja de uno en uno, y en cada desprendimiento suelta a la Inesdurmiente, que se expande sin prejuicios, la Inesdurmiente, su preferida, quizá porque todas caben en ella.

…Allí los cajones y los placares se abren y saco una maza de madera, de esas que se usaban antes para aplastar la carne de las milanesas. La maza ocupa todo porque va a aplastar a alguien que no veo…

…Entonces alguien me mostraba a un niñito mirando a través de una ventana: tenía en la foto (porque le habían tomado varias fotos) una expresión cerrada y pensativa que se le marcaba en las mandíbulas; cuando crezca tendrá que usar protector bucal como yo, pensé y me dio lástima. Era tan armónico y bello, y sin embargo, algo le dolía.

…Finalmente visitaba una feria de cachorros, había muchos señores sentados en bancos, y al frente, cajas con los perritos recién nacidos o de meses; al ver tantos animales amontonados para la venta sentí asco, miré el piso y estaba lleno de papeles sucios, gusanos, heces. ¿Cómo fue que había llegado hasta allí?

En la declaración de amor por otra mujer había un reproche hacia mí o yo, que no soportaba las palabras, las desviaba sin ningún pudor; en la escena, la pareja mirándose con embeleso y mi figura, disminuida por la envidia, una mosca callada, sin volar…

…Lo hubiese matado. No sé que cosas le dije cuando lo insulté. Él seguía con esa sonrisa puesta, un disfraz, mientras se desplazaba por el consultorio de papá como un mono. Así dormí: entre la vieja casa, mi casa y el deseo insoportable de matar.


Todo lo demás en la imprecisa vos que me sueña, Nuevohacer Grupo Editor Latinoamericano - 2014

sábado, 4 de julio de 2015

José Emilio Tallarico


tumba del musiquero

Ningún sonido.
Estará bien alejarse entonces
y que la memoria trampee en el descampado.
Aquí yacen la sordina del viejo,
el epitafio que vislumbró su redención.
Ni los alvéolos del viento ni el hueso reconocen la oferta:
esto es zona sensible, de residual monotonía.
Aquí delibera el silencio como siembra menuda.
Los muchachos del pueblo a veces vienen a pasar la tarde,
fuman su marihuana, ríen, y respetan el clima.
Está bien que así sea porque el cauce interminable
baja con el ensanchamiento de las sombras,
y la locura al ser tibia y desunida no lograría resistir.
Lo mismo da que el viajero silbe o se persigne
cuando pasa de largo.

Todos los cuerpos desaparecen en la luz.


hacia el río

¿Qué puede pedirte el mundo
más que un orgasmo o una muerte?
Brilla un zodíaco esmaltado en el cielo.
Los fantasmas del río se hinchan con el primer resplandor.

Lámina tras lámina acuden instantes azules, insulares, 
como si el alma no tuviera nada que afrontar,
como si el homenaje de las aguas proveyera
de temblor suficiente, y fuera carne iluminada
la que desciende ahora, lenta, a trocarse en olvido.
Todo es póstumo en el zumbido lunar.

La brisa del sudeste cruzó desencajada estas veredas.
Ardió y huyó alguna vez. Pero ya es otra.
Se parece a la espalda de una hembra blanquísima.

Ansiaba transparencia la mitad de tus ojos,
pero he aquí las aguas con sus límites;
arena sucia, pedrerío, movimiento de objetos desgraciados.
Alguien tenía que mirar estas aguas, esta extensión velada.
¿Principio o fin? Alguien tenía que bajar, respirar hondo este aire. 

Andariveles, antología-selección del autor -  Argos 2006


Pablo Tambella



FOSCO - (A mi viejo, cirujano)


-Cuanto arte en la belleza
 de arrancarle tiempo al tiempo
 esculpiendo montes óseos
 remozando senos
 las sonrisas que le adeudan
 a tus manos cincelando
 tantas pieles hoy lucidas
 tantos labios hoy besados
 Ya te entiendo sin palabras
 y te veo en el silencio
 como metáfora viva
 en un verso transparente
 hoy que son tierra tus labios
 yo converso con los míos
 mientras mastico tu voz
 que se agolpa en mi garganta
 te cautivo en la memoria
 en el último recinto
 se me suicida el llanto
 cuando yo te resucito
 aunque me habitas, me hiero
 como me hieren las letras
 porque me lloro en versos
 y me pueblo de tu ausencia.

Mar del Plata -1984- Requiem-

FOSCO II


-Cuando ya todo se llueve
 me derramo en el silencio
 un vodka helado me envuelve
 mientras te intento
 y me sufro
 cómo se llora el poeta
 cómo me lloro en tu estabas
 letras cargadas de humo
 lágrimas tinta en borrasca
 entre escombros de alma
 en sangre
 me reduzco
 a borbotones
 de un imbécil
 que se yerma
 se continúa y se duele
 cómo se besa a un padre
 cuando muerto
 no se muere
 mientras construyo
 ladrillos
 de barro
 y besos porfiados.


Mar del Plata -1984- Requiem-

religión - Daniel Quintero


No comulgo
ni siquiera
con ostias de papel.
No me llevo
la metáfora a la boca
nada que me sorprenda
hay en esa literatura
estéril.

Soy el enemigo menos querido,
amante de los lugares oscuros,
antes en mi corazón
funcionaba un cabaret
ahora lo cerraron
por el peso de mi irreverencia.
Es una ruina
eso que fuera mi templo,
mis muros, mis lamentos,
la suavidad en el aire
del 7 Brujas,
el aliento a Jockey Club
y chicle Adams.

Antes de antes
cuando era un joven obediente,
antes como dice la Lesta,
cuando juntaba poemas
de los tachos de basura
y me frotaba el futuro
entre las piernas
era lo más en reproche,
bastardo, elocuente
casi indispensable.

Pero eso era antes
de ser el animal bajo las piedras
que soy con el ánimo
de la noche,
casi loco,
indiferente, cruel
y verborrágico,
depredador de la liturgia,
misal incierto.

Santifico el pan y el vino,
soy el ritual

de la desesperación.